Ambiente

Somos cuidadores de nuestro planeta, y tenemos la responsabilidad de preservar el medio ambiente en la medida en que sea razonable. No podemos ignorar la ciencia, pero hay que reconocer que es un arma de doble filo. Si bien no se puede negar la contribución de la humanidad al cambio climático, también tenemos que reconocer que nuestros intentos de mitigar el daño que hacemos están impulsados por las realidades tecnológicas que no podemos legislar a la distancia.

Si bien no podemos imponer normas subjetivas si la ciencia no existe para proporcionar la solución, tampoco podemos permitir que motivos de ganancias nos cieguen a la obligación que tenemos de proteger y preservar nuestros recursos naturales. Después de haber visto el daño sufrido a nuestro litoral como consecuencia del derrame de BP y sus efectos persistentes, hay que tomar medidas para prevenir cualquier recurrencia y avanzar hacia alternativas que mitiguen cualquier riesgo futuro.

Hay que establecer un plan de transición racional que se aleje de los combustibles fósiles hacia la energía renovable y anime a una aceleración de esa transición. Florida ha sido bendecida con recursos solares y eólicos masivos que, con la planificación y la inversión adecuada, pueden servir como el centro del avance de las tecnologías que utilizan esas fuentes de energía renovables.

Si desarrollamos una estrategia para explotar inteligentemente nuestros recursos renovables, no sólo vamos a beneficiar en manera ecológica, sino también económicamente. Junto con los biocombustibles y el viento, Florida necesita sacar provecho de su reputación como “El estado del sol” y crear una energía eficiente y ambientalmente responsable que otros estados puedan imitar.

Hoy en día, imponemos multas y honorarios si no se cumplen las normas subjetivas. Esto daña la economía y afecta negativamente el crecimiento del empleo. Tenemos que recompensar el logro en vez de castigar el fracaso. Tenemos que tomar el dinero que utilizamos para crear y hacer cumplir las normas inalcanzables y utilizarlo para recompensar el rendimiento acelerado de tales objetivos. Voy a trabajar en el Senado para avanzar en una agenda que premie la innovación ecológicamente racional que vaya a hacer crecer la economía al tiempo que mejore la calidad de vida para las generaciones venideras.

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