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Inmigración
Florida tiene una rica historia de dar la bienvenida a inmigrantes. La demografía de nuestro estado refleja una fuerte influencia latina que ha crecido a lo largo de los años. Yo mismo soy un orgulloso estadounidense de primera generación que ama a este país por las oportunidades que ha provisto para mí. La inmigración es el tema que me hizo entrar en la carrera presidencial, y sigue siendo uno de mis principales intereses en cuanto a la Florida se refiere.
Necesitamos una reforma migratoria integral. No es lógico sugerir que podemos deportar a 11 millones de inmigrantes más de lo que es lógico sugerir que no podemos deportar al extremadamente pequeño porcentaje de los que han cometido delitos graves. Bajo la ley actual, una “deportación masiva” genérico tomaría décadas en lograrse y costaría cientos de miles de millones de dólares. Más allá de eso, es completamente erróneo e incompatible con los principios sobre los que se fundó nuestra nación.
La reforma migratoria debe comenzar desde un lugar diferente. No es una proposición de “Nosotros contra ellos”. Tenemos que empezar a mirar a los trabajadores indocumentados como activos en lugar de pasivos. Si aceleramos la expansión económica, tendremos que aumentar nuestra fuerza de trabajo para acomodar el crecimiento del empleo asociado.
El problema real es cómo documentar adecuadamente aquellos que desean inmigrar permanentemente y los que desean residir aquí temporalmente para obtener una educación o para hacer el trabajo de temporada para mantener a sus familias y volver luego a casa. Un programa inteligente y adecuadamente gestionado de Visa Temporal puede ayudarnos a abordar estas cuestiones. Simplemente necesitamos una voz experimentada, racional en el Congreso para hacer al argumento.
También podemos asegurar nuestras fronteras sin abandonar los valores sobre los que se construyó nuestra nación. El primer paso es admitir que nuestro actual sistema de inmigración no funciona. Entonces, hay que crear una forma más inteligente, eficaz y eficiente de dar la bienvenida a los inmigrantes a nuestras fronteras y proporcionarles un camino claro a la ciudadanía.
Hoy en día, cuesta una cantidad significativa de dinero y toma un período de tiempo relativamente largo el seguir el camino a la ciudadanía. Como resultado, un porcentaje de personas, que no pueden permitirse el tiempo o el dinero, burlan al sistema en un intento de mantener a sus familias. Tenemos que solucionar esos problemas para que la gente pueda inmigrar legalmente en lugar de ser forzados a estar en sombras.
Además, aquellos que deportarían a niños que no tuviesen un decir en la forma en que llegaron al país, al parecer no entienden el principio fundamental de nuestro sistema de justicia penal, que requiere “intención” para que un crimen se haya cometido (es decir, la intención o el conocimiento de irregularidades). El presidente Bush estaba en el camino correcto con respecto a los “soñadores.” Me gustaría que siguiéramos en ese camino.
Los inmigrantes son personas. Cuando reconocemos ese simple hecho, podemos empezar a resolver el problema.
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