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Seguridad
El tema de la seguridad nacional golpeó al país con el asesinato en masa cometido recientemente en Orlando donde vivo. La pérdida sin sentido de vidas y los asesinatos selectivos trajo el horror y la realidad del terrorismo a la Florida. Es hora de tomar un enfoque racional para asegurar nuestra seguridad en lugar de una política.
Tenemos que revisar el tema del control de armas. Los tiempos han cambiado, pero nuestra interpretación de la segunda enmienda no ha evolucionado con los tiempos. Ya no vivimos en un mundo en el que una “milicia bien regulada” puede posiblemente estar equipada con la misma potencia de fuego del ejército de los Estados Unidos “para la seguridad de un estado libre” más allá del concepto de la Guardia Nacional. Sería ilógico afirmar que todos los ciudadanos tienen el derecho a “tomar las armas” en la forma de un F-22 Raptor bien armado o por la posesión de un arsenal nuclear. Es el momento de “ser realistas”.
No estoy sugiriendo que la segunda enmienda tiene que ser abandonada, sino más bien de que debe ser reevaluada lo que no facilitemos el abuso de armamento que ha dado lugar a una erupción insostenible de los asesinatos en masa en los Estados Unidos en los últimos años. Tenemos que volver a escribir las leyes para identificar de forma inteligente las amenazas de alta probabilidad y negarles el acceso a las armas, en particular, así como otros activos que puedan ser utilizados para infligir heridas mortales a gran escala.
También tenemos que reevaluar la naturaleza de las armas y pesar el valor de su posesión frente al valor de la vida. Armas de fuego que están diseñadas para potencialmente causar bajas en masa o bien tendrán que ser eliminadas de la posesión pública o al menos sometidas a métodos mucho más estrictos de calificación y control.
En consecuencia, necesitamos una legislación que autorice a la identificación de las personas que presentan problemas mentales, propensiones violentas o extremos ideológicos que pongan en peligro la seguridad de nuestros ciudadanos. Esta es un área en la que el concepto social de ser políticamente correcto debe ceder a la responsabilidad fundamental de nuestro gobierno “para proveer a la defensa común”.
Residentes de la Florida, y claro todos los estadounidenses, merecen el derecho a permanecer seguros en sus hogares y en sus comunidades. Voy a llevar el tipo de liderazgo que pueda asegurar esos derechos al senado de Estados Unidos.
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